Pain can separate or unify, strengthen or weaken.
Pain can signify disease or healing.
Did God create pain? I don’t know. Would brittle diabetics have horrible foot ulcers if they were able to feel pain well? Would a leper have gangrene set in if he or she had felt pain to begin with?
Would we cry out to God if we didn’t experience pain?
Would we have forgiveness of sins if the Lamb did not take on those sins? Would He understand our suffering if He had not experienced pain?
Ten days ago Paul had extensive surgery to correct degenerative disc disease. This involved the placement of spacers between the discs and the insertion of 8 titanium screws. He walks with more pain now than before surgery, but it is supposed to be a good pain- one that leads to recovery and increased strength.
It is this pain that led Sandy to share with her university students her anxiety surrounding the surgery and recovery for Paul, and that led them to reach out and say thank you for being vulnerable. It validated their pain and struggles. It stimulated a conversation that having God in our lives does not necessarily remove pain. It might even mean, in some cases, that pain will increase. What it certainly does is help us recognize that His pain is the proof of His love for us, His presence with us, His Hope for an eternity without pain.
In these past two weeks, not only has Paul experienced tremendous pain in his body, but we have been made aware of significant pain in the family of God across the nation of Mexico. Just one example are Antonio and Justine. They are global workers, and have dedicated their lives to bear God’s image in very difficult places of the world. Antonio is battling pancreatic cancer now, and has had a very rough two weeks. They have young children who are living their own pain as they watch their dad suffer.
May our pain unify. May the Body of Christ be strengthened through prayer as we uphold each other in our moments of pain. May we experience His resurrecting power in a myriad of ways, and bring hope to the weary soul.
Once again, we understand the value of prayer, and the sacrifice with which each of you gives that allow us to continue to live and work in Central Mexico. We remain grateful. We would appreciate that you continue to pray for Antonio, and for Paul.
May the God who experienced pain comfort, strengthen, heal and bring hope to each of your lives.
May we celebrate His death and Resurrection every day.
Paul and Sandy


El dolor puede separar o unir, fortalecer o debilitar.
Puede significar enfermedad o un proceso de sanación.
¿ Creó Dios el dolor? No lo sé. ¿Los diabéticos frágiles tendrían horribles úlceras en los pies si pudieran sentir bien el dolor?
¿Tendría gangrena un leproso si hubiera sentido dolor desde el principio?
¿Clamaríamos a Dios si no experimentáramos dolor?
¿Tendríamos perdón de pecados si el Cordero no tomara en sí esos pecados? ¿Entendería nuestro sufrimiento si no hubiera experimentado dolor?
Hace diez días, Pablo se sometió a una cirugía extensa para corregir una enfermedad degenerativa del disco lumbar y sacro. Esto implicó la colocación de espaciadores entre los discos y la inserción de 8 tornillos de titanio. Ahora camina con más dolor que antes de la cirugía, pero se supone que es un dolor necesario, y que conduce a la recuperación y a un mayor aguante.
Es este dolor el que llevó a Sandra a compartir con sus estudiantes universitarios su ansiedad en torno a la cirugía y la recuperación de Pablo. Nos agradecieron por mostrar vulnerabilidad y dio validez a su propio dolor. Provocó una conversación sobre el que tener a Dios en nuestras vidas no necesariamente elimina el dolor. Incluso podría significar, en algunos casos, que el dolor aumente. Lo que ciertamente hace es ayudarnos a reconocer que Su dolor es la prueba de Su amor por nosotros, Su presencia con nosotros, Su Esperanza de una eternidad sin dolor.
En estas últimas dos semanas, Pablo no solo ha experimentado un dolor tremendo en su cuerpo, sino que también hemos sido conscientes de mucho dolor en la familia de Dios en toda la nación de México. Sólo un ejemplo son Antonio y Justine. Son trabajadores globales y han dedicado sus vidas a portar imagen de Dios en lugares muy difíciles del mundo. Antonio ahora está luchando contra el cáncer de páncreas y ha tenido dos semanas muy difíciles. Tienen hijos pequeños que viven su propio dolor mientras ven sufrir a su padre.
Que nuestro dolor nos une. Que el Cuerpo de Cristo se fortalezca a través de la oración mientras nos sostenemos unos a otros en nuestros momentos de dolor. Que podamos experimentar Su poder de resurrección de innumerables maneras y llevar esperanza al alma cansada.
Una vez más entendemos el valor de la oración, y el sacrificio con el que cada uno de ustedes da y que nos permite seguir viviendo y trabajando en el Centro de México. Seguimos agradecidos. Mantengan a Antonio, y a Pablo, en sus oraciones.
Que el Dios que experimentó el dolor consuele, fortalezca, sane, y traiga esperanza a cada una de sus vidas.
Celebremos Su muerte y Resurrección todos los días.
Thank you for sharing. We are praying now for Paul and Antonio.
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Thank you Carol and Ed. We sure do appreciate all that you do for the Kingdom.
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